lunes, 30 de mayo de 2016

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO

Participantes:

Miguel Loreto
Oscarina Silva
Lilia Gutiérrez
Wendy Corrales
María Ramos
Néstor Hurtado

 
Facilitadora:

Dra. Zuleima Amaro

 
 








La Comunicación en Acción

Joan Costa, intenta establecer un nuevo paradigma que pueda integrar las ciencias empresariales clásicas con las ciencias de la comunicación. Y, además, enriquecer esta fusión con los aportes de las innovaciones científicas y técnicas. En suma, lograr una simbiosis de la gestión, la comunicación y la tecnología.Esta síntesis dinámica de la acción y de la comunicación –así lo resume el autor - responde a la insistencia con que proclamamos la urgencia de una unidad global de la empresa y sus procesos. Necesidad a la que este informe contribuye positivamente, presentando las bases de la nueva cultura unitaria de la gestión.
Por consiguiente, en una suerte de prefacio, Joan Costa resume en doce párrafos lo esencial de la propuesta que desarrolla en los sucesivos capítulos. Es decir, comienza recordando que las empresas son organismos de alta complejidad. En consecuencia, y como lo señaló también Peter Drucker, su estructura es más afín a los modelos biológicos que a los ya tradicionales modelos mecánicos. Por consiguiente, la información es necesaria pero no suficiente, hay que perfeccionarla con la comunicación. De manera que, los modelos empresarios centrados en la producción y en la oferta deben ser configurados y perfeccionados en un nuevo modelo que también incorpore las relaciones, el conocimiento y la eficaz gestión de las comunicaciones.
De tal manera que, la auténtica respuesta a todos estos requerimientos es una nueva concepción del planeamiento estratégico e integrador de las comunicaciones empresarias donde la regla dorada es “la comunicación es acción y la acción es comunicación”. En los umbrales de este nuevo siglo XXI, este nuevo paradigma empresario debe contemplar cuatro pilares básicos: identidad, cultura, acción y comunicación que están en condiciones de crear la auténtica imagen de la empresa. Para el autor, la imagen es “un valor determinante, un instrumento de primer orden de la estrategia corporativa y el principal activo de la empresa”. Solo asumiendo esta nueva realidad las instituciones podrán enfrentar con éxito una serie de demanda y de riesgos: la crisis de identidad, los cambios culturales, las fusiones, el envejecimiento de la imagen, y el lanzamiento de nuevos productos y servicios.
Asimismo, en el texto, Joan Costa formula los diez axiomas de la comunicación; se recuerda que los axiomas son propuestas evidentes que no requieren demostración. Son los siguientes: 1. En toda comunicación, lo más importante son los receptores. 2. La comunicación tiene un costo tanto para el emisor como para el receptor. 3. La comunicación, como proceso, tiene que dar lugar a la retroacción (feedback). 4. La comunicación es una dialéctica, es decir, produce el fenómeno de la interactividad. 5. La comunicación interpersonal es el paradigma esencial de toda comunicación. 6. Toda comunicación implica una acción y toda acción, necesariamente, comunica. 7. Tanto la producción como la administración, la tecnología y la comercialización son acciones que toda empresa realiza y que deben ser consubstanciales con ella.
De igual forma, 8. La comunicación abarca dos magnitudes, la física y la psicológica; los canales y los medios forman parte de la primera, los mensajes y los actos, integran la segunda. 9. Los mensajes deben ser correctamente establecidos y percibidos. 10. La comunicación no solamente es un proceso de influencias, también de información, de persuasión, y de poder.Las investigaciones que el autor llevó a cabo demuestran que las decisiones, actividades y mensajes que genera toda empresa pueden sintetizarse en estos cinco grandes vectores: Identidad corporativa, Cultura organizacional, Acción global, Comunicación integrada e Imagen pública.
En tal sentido, Costa plantea una nueva visión de la gestión empresarial a través de la aplicación de las ciencias de la comunicación (a partir de métodos específicos, reunidos bajo el nombre de comunicología) o de la información dirigida al mundo empresarial. Costa se basa en la “regla de oro”, la cual establece que la comunicación es acción y la acción es comunicación. De  hecho, se plantea que el título actual del Libro podría ser sustituido por “La comunicación ES acción”. En la misma, se reúne, pues, la ciencia de la comunicación aplicada (comunicología) y las ciencias de la acción (praxeología), con la ayuda de las nuevas tecnologías de las telecomunicaciones y la cibernética o sistémica.El autor explica cuál es la relación que mantienen la acción y la comunicación y el grado de necesidad que se tienen la una a la otra (no sólo están vinculadas, sino que una engloba a la otra).
De este modo, se hace referencia a la importancia de la acción empresarial, ligada a los conceptos de ladecisión, la estrategia y la táctica, los fines y las fuerzas de la acción; además, se centran en la comunicación que se presenta como único medio de hacer eficaces esas acciones y de mantener la unidad interna de la empresa con el entorno social al que afecta y por el que, a su vez, se ve afectada.Este objetivo sólo puede lograrse a través de una buena comunicación: un buen mensaje que “motive”, pues el fin que se persigue, ante todo, es que los deseos de la empresa coincidan con los del público. La identidad es la que crea la imagen corporativa en la mente de los individuos. Sin duda, la creatividad, la claridad y la accesibilidad al producto son claves esenciales para conseguir una buena imagen corporativa, ya que ésta es el resultado de la interpretación que el destinatario hace sobre el mensaje transmitido, por lo que la empresa no tiene control sobre la misma.
Por tanto, de acuerdo con las ideas de Costa,Lacomunicación busca una respuesta del destinatario, y si se consigue la fidelidad de éste, la comunicación será continuada.La identidad corporativa es, efectivamente, la comunicación por excelencia y setransmite en primera instancia a través de signos lingüísticos y gráficos, además de las formas externas de la empresa (diseño arquitectónico), sus objetos y productos, y el entorno.Con el surgimiento de la identidad corporativaaparecen nuevos elementos en la empresa, como el telemarketing, el diseño, el merchandising,así como una nueva figura: el director de comunicación, una de las personas más importantes de la empresa, pues integra todos los recursos comunicativos en una acción unitaria y gestiona la imagen corporativa.
Según Costa, la comunicación “es más fuerte que la acción”.Es la responsable de la notoriedad y de la notabilidad de le empresa y es, además, la que confiere sentido y significación a la acción y transforma las opiniones personales en “opinión pública”. Sin duda un informe práctico que ayuda a entender el funcionamiento de la empresa actual.

En otro orden de ideas, Jünger Habermas, considera como uno de los puntos de partida de su teoría el concepto de acción instrumental o conducta racional de las personas para elegir los medios más apropiados parta lograr un cierto fin. Tal acción se relaciona en Marx con el trabajo de cuyo concepto deriva las relaciones sociales.  Para él, en cambio, en el análisis social es más importante la acción comunicativa que permite una comprensión comunicativa entre los actores en interacción.  En ese proceso, no se hace, principalmente, cálculos egoístas (instrumentales) para alcanzar el éxito, sino que se trata de lograr definiciones comunes de la situación para dentro de ellas, perseguir metas individuales.
Por consiguiente, Habermas deriva el concepto de acción comunicativa de los diversos tipos de acción que distinguió Max Weber (racional, orientada por valores, afectiva y acción tradicional).  Al redefinir los tipos weberianos, coloca frente a la acción instrumental la acción comunicativa como una relación interpersonal lingüística que busca el mutuo entendimiento, el consenso.  Mientras en Marx la acción y la racionalidad instrumental se relacionan con el trabajo, la acción y la racionalidad comunicativa, se re relacionan con la interacción. Cuando la acción comunicativa se basa en argumentaciones racionales y tiene pretensiones de universalidad se denomina discurso.
El concepto de acción comunicativa “fuerza u obliga a considerar también a los actores como hablantes u oyentes que se refieren a algo en el mundo objetivo, en el mundo social y en el mundo subjetivo, y se entablan recíprocamente a este respecto a pretensiones de validez que pueden ser aceptadas o ponerse en tela de juicio.  Los actores no se refieren sin más intenciones a algo en el mundo objetivo, en el mundo social o en el mundo subjetivo, sino que relativizan sus emisiones sobre algo en el mundo teniendo presente la posibilidad de que la validez de ellas pueda ser puesta en cuestión por otros actores” (Teoría de la acción comunicativa: complementos a estudios previos, Madrid, Cátedra, (1989), Pág. 493).
Con las características señaladas, Habermas sostiene que la acción comunicativa, y no la acción racional instrumental, como lo hizo Marx, es la conducta que caracteriza a las interacciones que se dan en la sociedad.  Por eso, la acción comunicativa debe tener un lugar central en la teoría.  Uno de los objetivos de tal teoría debe ser la identificación y eliminación de los factores estructurales que distorsionan la comunicación.Habermas contempla la acción comunicativa y el mundo de la vida como conceptos “complementarios”.
En concreto, la acción comunicativa puede considerarse como algo que ocurre dentro del mundo de la vida: Por decirlo así, el mundo de la vida es el lugar trascendental donde se encuentran el hablante y el oyente, donde de modo recíproco reclaman que sus posiciones encajan en el mundo y donde pueden criticar o confirmar la validez de las pretensiones, poner en orden sus discrepancias y llegar a acuerdos. Habermas pretende interpretar el mundo de la vida, suponiendo “una conexión interna entre las estructuras del mundo de la vida y la imagen lingüística del mundo“. El lenguaje y la cultura son constitutivos del mundo de la vida mismo.




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